A principios de la década de 1920, todos vivían en el apogeo del capitalismo. Aparecieron las compras a plazos, las cuales animaba a la gente a adquirir artículos de consumo caros, promoviendo la idea de “Compre ahora, pague después” y “Viva en el momento” al público. Además, se empezó a invertir en acciones, las cuales siempre habían sido consideradas muy arriesgadas, pero en los años 20 se empezó a ver la inversión de acciones como algo seguro y respetable. Si la gente quería comprar acciones, se pedía dinero prestado a un tipo de interés muy bajo. La bolsa en aquel entonces era un mercado en el que solo invertían expertos, muy restringido al publico y se acomodaba como un mercado competitivo rigiendose a las leyes de oferta y demanda (Academia Play, 2017). El crédito que se manejaba en este tiempo terminó siendo insostenible, ya que funciona bien hasta que se aumente la incertidumbre económica, lo cual sorprendió a toda la población cuando se rompió la bolsa. Sin embargo, años después llegaría la más devastadora caída del mercado de valores en la historia de la bolsa de Estados Unidos, el cual cambiaría la economía para siempre.  

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El quiebre de la bolsa fue el momento que tuvo más impacto durante esta crisis. Mientras la euforia económica dominaba el mercado norteamericano, miles de personas pasaron a invertir en acciones de empresas, pero al considerar la crisis de sobreproducción, las acciones de esas empresas pasan a caer día tras día. El 24 de octubre de 1929, también llamado "Jueves Negro", fue el día en que estas acciones alcanzaron los valores más bajos, en la cual la mayoría de los norteamericanos empezaron a vender, y muy poca gente compraba. Mientras miles de inversores intentan vender sus acciones, nadie las compraba por no tener la noción de la crisis que se abatió sobre el mercado. Esta caída tuvo un efecto devastador en la confianza de empresarios y consumidores, el cual acelero un deterioro económico. Los principales banqueros y financieros se reunieron para discutir la situación, y decidieron intentar detener la caída de los precios mediante la compra de acciones por alrededor de $ 40 millones. Con la caída del mercado de valores, la confianza en la economía comenzó a disminuir, lo cual dio lugar a una espiral económico descendente que llevó a la depresión económica. A causa de esto el crédito se congeló, significando que menos dinero se circulaba, lo cual causó la deflación, significado la disminución general en los precios de bienes y servicios que se produce cuando la tasa de inflación cae. (Palanca, 2017)

 

 

 

"Para 1929, los banqueros comerciales estaban en la inusual posición de prestar más dinero para el mercado de valores y las inversiones en bienes raíces que para las empresas comerciales" - David Kennedy 

 

 

 

Hubo muchos factores que llevaron a que la burbuja explotara, pero el más importante fue el resultado de la propia euforia económica. Esto causo el aumento en el consumo, el cual hizo que las industrias también aumentaran sus producciones. A pesar de esto, ya no había más mercado para una producción tan extensa, lo cual causo que una gran cantidad de industrias dejaran de funcionar y no lograron vender sus productos. Otro factor de la gran crisis fue la sobreproducción agrícola. El mercado agrícola sufrió a lo largo de la década de 1920, ya que los precios agrícolas seguían cayendo. Esto sucedió ya que las granjas norteamericanas se habían expandido durante la guerra para promover alimentos a los soldados en la misma.  Así como las industrias, acompañando el crecimiento del consumo, pasó a producir más de lo que el mercado tenía capacidad para absorber, haciendo que los precios de los productos agrícolas cayeran hasta un 50%. (Marimar, 2016)

 

Debido a lo explicado previamente, podemos ver como este es un caso exacto de cómo la oferta y demanda pueden llegar a ser dañinos si no son cuidados seriamente, viendo que como en este caso la demanda crecía sin precedentes, el cual provocó que los valores crecieran sin control, creando así la burbuja financiera.